viernes, 31 de mayo de 2013

I PARTE

La crisis y la seguridad … 

                 I PARTE
                                                                                                                      

las empresas (mal llamadas grandes, ya que la grandeza de las empresas, son sus empleados), todos los años suben como mínimo el IPC  a sus clientes, pero esto no repercute en sus vigilantes, al contrario intentan un descuelgue alegando pérdidas, perdidas no reales ya que lo que ocurre es en todo caso una pequeña merma en sus ganancias, pero ganancias, al fin y al cabo. 

Las empresas pequeñas (también mal llamadas, por los mismos motivos), recogen las migajas de servicios menos trascendentales, esto hace que las haya con tanta ambición que incluso presupuesten precios irrisorios en competencia totalmente desleal y esto acarrea que sus vigilantes lleguen a cobrar incluso menos del precio/hora/ordinaria, con todo y con eso debido a “come-horas” y saturación del sector no les falta mano de obra “esclava”. Para conseguir sus ganancias no les importa defraudar a organismos y clientes, dónde incluso contratan gente inhabilitada, o habilitada pagando en menos seguridad social, lo que conlleva pagar menos hacienda, se le suma el bajo precio que pagan a sus empleados, mayor ganancias.

Los “buenos servicios”, se los reparten entre las “grandes”, ofertadas a quién sabe cuanto y a quién sabe que criterio de asignación de los mismos; El resto de servicios, tampoco es que vayan mejor, empresas que sin querer hacer  inversión alguna y con lo puesto quieren ganar lo máximo posible. Esta es la realidad de la seguridad y ayudando a todo, Ministerios que en vez de regular el sector de una vez por todas, vuelven la cara hacia otro lado.

Parte de culpa de nosotros mismos, pero la mayor parte la tienen estos Ministerios y sus Organismos que no actúan de oficio, sino ante denuncias concretas, si ya antes de la crisis nadie denunciaba, ahora ante el miedo de engrosar las listas del paro, mucho menos. La lacra del intrusismo acarrea casi un 25% menos de contratación de nuestro sector, a esto se le une el “Gran negocio de las Academias”, todo a favor de ellas (nuevos cursos, especialidades,  y empresas y todo en contra de los Vigilantes.

Piden, “perdón” exigen (bajo amenaza de falta grave), colaboración con los C.C.F.F. de seguridad del Estado, todo esto sin recibir apoyo alguno, tan solo amenazas y extorsión por parte de Administraciones competentes, empresas, sindicatos vendidos al mejor postor y ciudadanía en general, y todo por tan solo 900,00€, para que políticos, sindicalistas y empresas oportunistas se lucren a costa de una profesión que están quemando por los dos lados......